Inclusión, jerarquía y entrega

La inclusión y el reconocimiento de la jerarquía mantiene el orden. Paradójicamente el caos impulsa la creación.
Estos últimos días he observado con más atención,  a nivel mundial, nacional y familiar, como estos conceptos se movían para mostrar la solución a los conflictos,
Cuando queremos solucionar un problema y lo vemos así, como algo que "tengo que hacer" y arreglar, generalmente ponemos la mirada afuera. Por ejemplo, el profesor, mi papá, el Estado, la enfermedad, la suegra, mis hijos, el país vecino o lejano que "me provoca" incomodidad, enojo, rabia, ira, intoleracia, frustración, perplejidad. Surgen enfrentamientos, roces, discusiones, guerras, malentendidos.
Mientras busquemos afuera el cambio, nada va a cambiar; por lo menos nada aparentará mejorar y podemos llegar a percibir que va a "empeorar". Es la oportunidad ante el caos.
Ese es el caos interno que  nos impulsa a cambiar.
El cambio posible, es el cambio interno.

Muchas veces la racción es, " ah, pero eso es difícil", "para vos es muy fácil, porque..."; y con esa misma línea de pensamiento yo me pregunto: entonces la solución "fácil" es que cambie el otro?¡
Así me enfrento al otro, me ignoro, me postergo, amargo mi vida.
Una mirada posible es trascender el conflicto, verlo como un desafío, Trascender la persona "que enfrento" y conectarme con el mensaje que viene a darme, qué aspecto mio negado me está mostrando, como me espejo en esa persona,  esa situación. Integro ese aspecto, me sumerjo en esa emoción, no la separo, no la alejo....y otros recursos que también están desarrollados en escritos anteriores.
Lo nuevo que hoy volví a ver (porque es nueva la mirada, pero es algo que ya "sabía") es la importancia de la inclusión y la jerarquía para ordenar y desde allí crear y avanzar.
El desorden y el caos me permiten ver todas las partes para poder comenzara crear una solución.
Que significa la inclusión? Incluir a la parte que no estoy considerando. Lo puedo ver como una persona, una actitud, una palabra, que no quiero aceptar. Por ejemplo un abuelo no reconocido porque abandonó, una madre violenta, un compañero de trabajo que me molesta, un profesor que abusa de poder, un jefe inconformable, un Estado que no me reconoce mis derechos, la nueva novia de mi hija y cientos de situaciones más.
Algunas de las cosas que puedo hacer es poner cada cosa en su lugar, eso que cantamos cuando queremos que los niños ordenen sus juguetes. Decido los  criterios y comienzo a ordenar.
Armo un árbol genealógico, Veo quién llegó primero.  Reconozco para quién trabajo, porqué, para qué. Vuelvo el dilema autorreferente y me pongo en mi lugar, analizo mis recursos y pienso en mi discurso para encontrar un nuevo camino.
La autoridad y la jerarquía van juntas. Ya compartimos otro texto sibre este tema, reconozco mi autoridad y mi jerarquía. Yo no dejo de ser importante por reconocer que hay otros que "vinieron antes" o que están en un lugar que pone las reglas. Si yo estoy en mi lugar, en mi verdadero lugar, no me va a molestar más.
Ser hija de mis padres, padre de mis hijos, hermana de mis hermanos, pareja de mi pareja, empleada de mi jefe, ciudadana de mi país, ser en la Humanidad...
Yo puedo estar en mi lugar cuando me reconozco. Cuando me respeto y respeto mis posibilidades. Cuando me incluyo en el todo al que pertenezco. Cuando me identifico con el ser y dejo de sentirme separada. Ese es el comienzo de la entrega.









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