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Mostrando entradas de septiembre, 2015

Inclusión, jerarquía y entrega

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La inclusión y el reconocimiento de la jerarquía mantiene el orden. Paradójicamente el caos impulsa la creación. Estos últimos días he observado con más atención,  a nivel mundial, nacional y familiar, como estos conceptos se movían para mostrar la solución a los conflictos, Cuando queremos solucionar un problema y lo vemos así, como algo que "tengo que hacer" y arreglar, generalmente ponemos la mirada afuera. Por ejemplo, el profesor, mi papá, el Estado, la enfermedad, la suegra, mis hijos, el país vecino o lejano que "me provoca" incomodidad, enojo, rabia, ira, intoleracia, frustración, perplejidad. Surgen enfrentamientos, roces, discusiones, guerras, malentendidos. Mientras busquemos afuera el cambio, nada va a cambiar; por lo menos nada aparentará mejorar y podemos llegar a percibir que va a "empeorar". Es la oportunidad ante el caos. Ese es el caos interno que  nos impulsa a cambiar. El cambio posible, es el cambio interno.

Roble vs bambú, falsa oposición?

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La dualidad que nos acompaña. Firmeza, dureza, rigidez versus flexibilidad, dureza, firmeza. Cuál es  la paradoja que se oculta en esta falsa oposición? Encontrar la rigidez de lo flexible y la flexibilidad de lo rígido. Para ser tan flexible, el bambú tiene las características físicas y mecánicas similares al hierro. Si su capa externa no fuera tan rígida, no le permitiría la flexibilidad sin partirse.  Es una fuerza erguida, se expande por su base, se multiplica en volumen por sus individuos. La rigidez en la exacta medida, con el tejido adecuado, con el desarrollo necesario. Está vacío por dentro y ese hueco le permite mantenerse erguido. La fuerza del roble, su robustez, lo macizo, lo hace fuerte, difícilmente se rompe, sostenido por su propia sustancia. Es una fuerza abierta, que sustenta y sostiene sus ramas. Queremos ser bambú o roble? Depende de lo que necesitemos;  a veces tendremos que flexibilizar, dejar pasar el viento y sacudir las hojas cuando cae la lluvia